lunes, 23 de junio de 2008

boomerang.

Los pensamientos se sucedian unos a otros como corriendose entre ellos, como el perro que se corre a su propia cola. Era una cascada interminable, nunca se agotaba y era siempre distinta.
Aunque intentara escaparme de eso, no podia. Esos pensamientos me seguian y venian conmigo, se quedaban en el aula, en el colectivo, en mi habitacion y en la calle.
A veces me pregunto que pasaria si pusiera mi mente en blanco. Moriria, supongo. El dia que deje de elaborar teorias sobre cosas absurdas; imaginarme que hubiera pasado si hubiera tomado decisiones distintas a las que tome; o simplemente las incoherencias que son no mas que un reflejo de lo que dice mi inconciente en realidad voy a morir. Como el delfin que no puede dormir del todo porque hay algo en su cuerpo que no puede estar inactivo, eso sucede en mi cabeza.
Sueño que salgo corriendo por un sendero llano, sin nada que me interrumpa el paso. Y es largo, larguisimo, puedo seguir horas corriendo a la misma velocidad y con el mismo impulso por mucho tiempo. Es imparable, las rodillas no me duelen y mis pies se levantan del suelo con gran entusiasmo.
De todas formas, estoy pensando en otra cosa.
Y siempre, volves.
Como un boomerang, en algun momento del sendero vas a estar y me vas a decir algo que va a lograr que mis rodillas duelan, y que mis pies se cansen.
Vos y tu rutina.
Vos y tu sencillez, tu ignorancia, tu parsimonia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si a mí me saldría escribir, lo haría como vos. Te aplaudo Magui!

Ale dijo...

Ojalá nunca pongas tu mente en blanco, porque te quedarías ahí estancada sin razón alguna. La idea es que cuestiones todo lo que no sientas como seguro, y que hagas vos misma tu propia certeza de las cosas que pasan a tu alrededor.

Y si, poseemos varios boomerangs en la vida, no hay dudas de eso. Algunos te sorprenden, otros no tanto. Pero están.