malabares

arranca, la agarra, la da vuelta, la pisa, se la pasa a su compañero. el compañero la agarra, la da vuelta, la pisa, y se la vuelve a pasar al primer chico. este empieza a caminar, la lleva con desgano, la tira. otro corre tras ella, la cela ante otras personas que van en busca de ese premio, el hecho de tenerla. corre con paciencia y cautela, la lleva con tranquilidad y cuidado. pero a la vez le pone energia, no la quiere perder. sigue... sigue... se acerca, casi casi... esta muy cerca.
pero entonces la pierde. la toma con la mano, y sigue la historia.
la patea. y casi... casi... GOL!
uno de los chicos sigue caminando, divaga en la cancha. el otro, esta sentado. y el tercero, el goleador, festeja su triunfo.
tendran alrededor de 10 y 14 años. son chicos, y es probable que esten cansados.
en el piso, al lado de la chapita que les sirvio como pelota, descansan otras pelotas, su fuente de trabajo.
desde el colectivo, o en la bici, cuando el semaforo corta, me detengo a mirarlos, estan siempre en la misma esquina.
pienso que realmente tienen talento con los malabares, sobretodo el mas chiquito, que ademas de eso, brilla y sobresale por su carisma a la hora de la equivocacion, cuando sus manos van mas lento que el movimiento de las pelotas, y no llega a atraparlas.
no los veo tristes... ¿pero que voy a saber yo sobre como se pueden sentir ellos?
por lo pronto, los miro con una sonrisa, y aunque ellos no me la devuelvan, supongo que es una mejora entre tanta cara arrugada y quejosa. digo... me doy vuelta porque me estan tocando bocina. y es domingo, y no son ni las tres de la tarde. parece que el semaforo esta en verde, y es seguro que la persona que esta atras mio, esperandome, es un poco impaciente. ya estan arrugados, y quejosos.
la vejez de hoy esta perdida...
solo nos queda la juventud, que todavia no esta perdida... hace malabares con lo que hay.